Recordemos a Pablo
Neruda
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.
Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi
honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue y el dolor infinito.
Este poema de Pablo Neruda se encuentra dentro del
libro “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. Un texto que deja ver
a un Neruda rebelde, en su adolescencia. Este libro se considera
doloroso, porque Neruda sufre el amor, y lo anhela.
Esta pieza de poesía, concretamente, trata
sobre la sexualidad y el cuerpo de la mujer. Aunque lo vive, no lo posee.
Perderse en el cuerpo de una mujer puede ser tanto una experiencia física como
espiritual. Neruda se encuentra entre el deseo de tener a esa mujer y la
angustia de no estar junto a ella.
Para las amiga bella del Soberano Mayor Guarico
Abg Edgar Azacon
Comunicador Popular
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